Fundación Ciudad Literaria

"Sentado en un silloncito de mimbre —que es como un rtono instalado en el percudido piso de madera de su precaria vivienda ubicada en un cité del barrio Franklin—, Venancio Pérez Machuca estruja con la mano los restos de una bolsita de té y lleva a su boca negra la taza de loza caliente, con su tecito de tercer enjuague, para quemarse con él los labios gruesos, la lengua traposa, la garganta raspada".